lunes, 8 de noviembre de 2010

Entrevista a Martín Heredia

ENTREVISTA a Martín Heredia, jugador de rugby

“El rugby me dio la familia y los amigos que había dejado a miles de kilómetros”

Por RUBÉN NEVADO

El rugby es un deporte condenado a vivir bajo la sombra del fútbol en nuestro país. Desconocido para la mayoría, puede parecer un deporte violento, imagen que no sólo no es fiel a la realidad, sino que impide que las familias dejen a sus hijos acercarse al juego. Sin embargo, personas como Martín Heredia, jugador del Costa del Sol RC y de la selección española, trabajan cada día para transmitir la belleza y tradiciones del rugby.

Rubén-¿A qué edad empezaste a jugar al rugby? ¿Quién te inició en el juego?
Martín-
Empecé a la edad de seis años, incitado por mi padre que jugaba desde hace tiempo y me llevó a su club el Circulo Universitario de Quilmes.

R.- ¿Favoreció el rugby la adaptación a un nuevo país cuando llegaste a España?
M.- Yo diría que fue fundamental. Mi primer contacto con el rugby español se produjo sólo dos horas después de aterrizar en Málaga. Evidentemente, me ayudó muchísimo en la adaptación, en conocer gente nueva, hacer amigos, etc. Si no fuese por el rugby, la historia podría haber sido mucho más difícil y sufrida. El rugby me dio la familia y los amigos que había dejado a miles de kilómetros.


R.- ¿Qué ha supuesto entonces el rugby para ti?
M.- El rugby fue, es y será mi vida. Ahí donde vaya, donde quiera que haya estado, el rugby me dio oportunidades únicas y me acercó a cada una de las personas que hoy en día son como hermanos o parte de mi familia. El rugby no es simplemente un deporte, es mucho más que eso. Te educa, te forma como persona y como antes dije, te va a dar los momentos más lindos de tu vida y los tesoros más valiosos de todos, los amigos.


R.- ¿Qué jugador ha sido una referencia para ti y por qué?

M.- A lo largo de mi vida como jugador tuve varios ídolos como pueden ser Felipe Contepomi, Waisale Serevi o Juan Martin Hernández. La razón es simplemente porque disfrutaba viéndolos jugar, y siempre intentaba imitarlos y poder llegar a ser algún día como ellos.


R.- ¿Qué objetivos te planteas este año con tu club y con la selección?
M.-
Con el club queremos consolidar el equipo en la categoría e intentar pelear por el título.
Con la selección los objetivos marcados son ganar los dos partidos que tenemos de locales en el 6 Naciones B. Personalmente, quiero afianzarme en el equipo y poder conducirlo para que juegue a un buen nivel. En el seleccionado de seven el objetivo es hacer un buen papel en los torneos internacionales y en el Campeonato de Europa intentar estar entre los tres primeros.


R.- ¿Cómo ves el nuevo futuro que se le plantea al rugby español con la llegada del nuevo seleccionador?
M.- El nuevo seleccionador, Regis, es una persona que desde su llegada se puso a trabajar para que la estructura del rugby en España cambie y crezca. Ya hizo cosas muy importantes, que sin duda están favoreciendo al desarrollo del rugby. Creo que la llegada de Regis es, en estos momentos, lo mejor que le podía pasar al rugby español. Cuenta con numerosos recursos dado su historial dentro del rugby, y sobre todo, quiere un proyecto sólido y bien hecho. El trabajo bien realizado dará sus frutos en un futuro no muy lejano.


R.- ¿Qué crees que supondrá para España la aparición del seven como disciplina olímpica?
M.- Definitivamente creo que es de las mejores cosas que le podía pasar al rugby español. España es un país que puede competir y enfrentarse a grandes potencias mundiales en esta disciplina. Hace un año ya que se empezó a trabajar con un grupo reducido para alcanzar unas condiciones físicas, tácticas y técnicas comparables con niveles internacionales, y hoy por hoy el seven sigue avanzando y desarrollándose. Hubo muy buenos resultados el año pasado, y esto sirve para que España se muestre al mundo y reciba los apoyos y ayudas necesarias para poder seguir creciendo.


R.- ¿Ves el estilo de juego del seven mejor adaptado a las condiciones de los jugadores españoles? ¿Te ves jugando unos Juegos Olímpicos?
M.- Claramente es una disciplina que se adapta muy bien a nuestras condiciones. Si bien físicamente no somos los más grandes, fuertes y rápidos, tenemos otras grandes virtudes como son la creación, la entrega, el sacrificio, el compañerismo, el compromiso, buena técnica y a todo esto se le suma las ganas y amor que todos los integrantes damos por nuestro sueño. Estas características nos hacen sin lugar a duda un equipo difícil de vencer.

Para los juegos olímpicos falta mucho camino todavía, pero el sueño de poder estar allí es lo que día a día nos motiva para seguir luchando. Yo si me veo jugando esos Juegos.

R.- ¿Cuál crees que es la razón de que un deporte como el rugby, que está entre los tres más seguidos a nivel internacional, apenas cuente con 17000 licencias federativas en España?
M.- Son varios los aspectos por los cuales en España el rugby es un deporte minoritario. La cultura por ejemplo es un determinante importante, ya que aquí todavía hay muchísima gente que no sabe nada o nunca escucho algo de rugby. España es un país donde, actualmente, la mayoría de los deportes viven bajo la sombra del fútbol o los deportes de motor, con algunas excepciones como son el baloncesto. Es fundamental tanto para el rugby como para el resto de deportes que se den a conocer y, sobre todo, que la gente tenga la oportunidad de conocerlos y probarlos.


R.- ¿Qué debe trabajarse, en tu opinión, para que los medios acojan el rugby en su programación?
M.- Hay una realidad, y es que si algo no vende no va a salir por televisión. Por suerte, el rugby es un deporte que se escapa de lo cotidiano, donde se ven partidos espectaculares y, a la gente que empieza a verlo, les gusta y se sienten atrapados. Pienso que si hubiese un programa exclusivo donde se televisasen partidos, resúmenes de jornadas y programas donde se explique reglamento y demás aspectos del rugby, habría muchísima gente que se uniría a esta gran familia y que despertaría la pasión por este deporte.


R.- ¿Qué nos diferencia de los países que disputan con nosotros el VI naciones B? ¿Podemos competir realmente con selecciones como la rumana o la georgiana?
M.- Básicamente la diferencia radica en el plano físico. Estos países tienen gente de constitución muy grande y a esto se le suma que la mayoría de ellos compiten a nivel profesional en países como Francia o Inglaterra. Cuando te enfrentas a estos combinados se nota mucho el ritmo de juego y la diferencia física que son los que determinan los partidos al final. El nuevo seleccionador está adaptando el sistema para que rentabilicemos nuestras mejores armas, y si el equipo sigue mejorando creo que España podrá competir con estas selecciones en el próximo Seis Naciones B.


R.- ¿Cuantos partidos al año puede llegar a disputar un jugador español como tú, entre liga, copa, selección XV, selección seven, Súper Ibérica y amistosos?
M.- Hay temporadas que son muy largas, ya que si se da el caso de estar presente en todas las competiciones, abarcas prácticamente todo el año. Haciendo un cálculo rápido, podríamos hablar de cuarenta partidos en rugby XV y luego unos diez torneos a rugby VII donde por torneo se juegan una media de siete partidos llegando a un total de 110 partidos por temporada.


R.- ¿Hasta qué punto es posible compaginar el rugby con los estudios o el trabajo? ¿La federación facilita las relaciones con la empresa o universidad del jugador?
M.- Este es uno de los grandes puntos en cuestión. Llegar a niveles internacionales requiere una dedicación prácticamente total, cosa que no es posible al no ser profesional, ya que todos nosotros trabajamos o estudiamos. El poder compaginar ambas cosas a veces es muy difícil, y muy sacrificado. Los que trabajan, gastan sus días de vacaciones para poder jugar, los que estudian hacen esfuerzos sobrehumanos para poder estudiar a horas donde todo el mundo duerme, durante viajes, o en cualquier tiempo muerto. Actualmente, la federación está ofreciendo ayudas, sobre todo escritos federativos y del CSD, para estudiantes y trabajadores con el fin de que las empresas o universidades den facilidades a los jugadores y éstos puedan cumplir en ambos sitios con menos inconvenientes.


R.- ¿Es necesaria esa profesionalización? ¿Cuáles serían los pros y los contras?

M.- Si se quiere competir a nivel internacional, es fundamental profesionalizar a los jugadores para que estos puedan dedicarse enteramente al entrenamiento y la preparación. Entrenar profesionalmente supone una mejoría notable en las condiciones físicas y tácticas, dado que el jugador no tiene distracciones ajenas al juego. No creo que haya una perdida que pueda considerarse importante. Todo aquel que pueda llegar a entrenar profesionalmente va a progresar a otra velocidad, pero a su vez tendrá que renunciar a ciertas cosas que el amateurismo, o aquellos que no entrenan a alto nivel, pueden disfrutar. Siempre se dice que el que algo quiere, algo le cuesta, pero en este caso, las ganancias superan con creces a las perdidas.


R.- ¿Proyectos cómo la Súper Ibérica favorecen esta profesionalización o hace falta una reforma estructural de la federación?
M.- La Súper Ibérica fue un buen intento de acercar el profesionalismo al rugby español. Evidentemente falta que tanto la SIR como la FER trabajen de forma conjunta y no enfrentada. Todos los organismos deben cooperar para crear una estructura donde convivan el amateurismo de la liga regular y una liga profesional con más nivel, donde los jugadores tengan una preparación superior, y como hablábamos antes, donde el rugby se difunda y se retransmita por la televisión.


R.- Para que nuestro rugby crezca ¿Es necesario que los jugadores salgan de nuestro país?
M.- Hay que diferenciar el rugby español, de los jugadores españoles. Si queremos que el rugby español crezca hay que traer buenos jugadores extranjeros y buenos entrenadores para que el nivel suba. Esto también requiere de una estructura competitiva y que los calendarios estén bien planificados. Por otro lado, si queremos que los jugadores españoles crezcan, hoy por hoy, deben partir hacia ligas extranjeras como pueden ser la francesa, la inglesa, y en menor medida, la italiana. Todavía el nivel del rugby español está por debajo del resto, aunque poco a poco va subiendo, falta aún dar el salto que nos iguale con el resto de países a los que nos enfrentamos.


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